NEUROCIENCIAS 2

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Afectividad

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El ser humano no asiste a los acontecimientos de su vida de un modo neutral; de toda vivencia se desprende siempre una afectación, un colorido afectivo que matiza cualquier acto. La afectividad confiere una sensación subjetiva de cada momento y contribuye a orientar la conducta hacia distintos objetivos.

 

La vida afectiva es el conjunto de estados y tendencias que el individuo vive de forma propia e inmediata (subjetividad, que influyen en toda su personalidad y conducta (trascendencia), especialmente en su expresión (comunicatividad), y que por lo general se distribuyen en términos duales, como placer-dolor, alegria-tristeza, agradable-desagradable, atraccón-rechazo, etc. (polaridad).

 

Estas cuatros características constituyen los elementos esenciales para proceder al estudio psicopatológico de la afectividad.

 

v  LA SUBJETIVIDAD: es un componente esencial de los afectos; toda experiencia afectiva e íntima es personal y directa para el individuo, y, por tanto, no es algo observable por los demás. Lo que sí puede ser observable son las manifestaciones de esa experiencia, es decir, lo que el individuo expresa y comunica. Esta característica es de obvia importancia clínica cuando se procede a evaluar el estado afectivo de un paciente. Dado que esto sólo puede hacerse a través de la inferencia de la expresión verbal y no verbal del paciente, es preciso recoger de forma cuidadosa, si no literal, esta información pasara a reducir el margen de error de esta ineludible inferencia.

 

v  LA TRASCENDENCIA: es la difusión recíproca que ejercen los afectos sobre otras dimensiones de la personalidad del individuo y sobre la orientación de su conducta. La posición nuclear que ocupan los afectos en la filogenia y en la ontogenia del ser humano permite explicar la influencia recíproca entre afecto y conducta, así como entre afecto y otras dimensiones de la personalidad. Por ejemplo, un encuentro agradable con una persona constituye una sensación afectiva positiva, que a su vez reforzará la conducta para ulteriores encuentros. En relación con otras funciones, es sabido que la memoria incorpora elementos afectivos tanto en el registro como en la reproducción de los engramas, y la percepción aparece cada vez más estrechamente ligada a la afectividad en los modelos cognitivos y neuropsicológicos de las emociones. Otra área importante de interrelación es la corporal, en los aspectos tanto viscerales como motores. Estados como la ansiedad y la depresión  repercuten en diversas funciones, como la digestiva, la circulatoria, la alimentaria y el sueño; el estudio de estas repercusiones nos puede dar una medida indirecta del estado afectivo (como, ciertos parámetros del sueño con relación a la depresión). La Psicomotricidad ofrece por su parte un campo de expresión afectiva tanto en la mímica facial como en la motora general.

 

v  LA COMUNICATIVIDAD: es la influencia y participación de los afectos en la comunicación entre el individuo y el medio. Aunque está implícita en cierto  modo dentro de la anterior, nos parece oportuno dedicarle especial atención, puesto que la entrevista clínica es un acto esencialmente de comunicación. Conviene distinguir tres niveles a través de los cuales se puede transmitir (y apreciar) la afectividad:   

Ø  El contenido del mensaje (por ej., el individuo dice que está triste);

Ø  La forma  del mensaje (por ej., la voz y los movimientos del individuo son lentos y cansinos), y

Ø   El modo de la comunicación (por ej., el individuo muestra una actitud dependiente y de lamento). Mientras que el contenido y la forma son relativamente asequibles (más objetivos), el modo suele ser más difícil de apreciar, ya que se produce esencialmente en el marco de la intersubjetividad e involucra tanto la subjetividad del entrevistador como la del entrevistado. Si bien a veces es manifiesto por la envergadura (por ej., Actitud histriónica), más a menudo se presenta latente. Las actitudes más o menos sutil de seducción, dependencia, evasión, hostilidad, etc., que van asociados a los mecanismos defensivos del individuo, es un aspecto importante de la comunicatividad afectiva. Un ejemplo de movilidad defensiva de los afectos (en este caso desplazamiento) es enojarse con el inocente portador de una noticia desagradable. Mientras que el paciente que padece un episodio depresivo o maníaco manifestará datos muy relevantes en el contenido y la forma de su comunicación, el paciente neurótico o con trastorno de personalidad ofrecerá mayor información semiológica a través del modo de comunicación, que, por tanto, solo será asequible si se conocen los aspectos transferenciales de la entrevista.

 

v  La polaridad es la variedad cualitativa en que se manifiestan  los afectos del individuo. Existen diferentes ejes, entre cuyos extremos aparece un margen de estados y tendencias que va desde la máxima intensidad en un sentido hasta la máxima intensidad en el otro; de ahí el concepto de polaridad. Los ejes más característicos son los de placer-dolor, ataque-defensa, amor-odio, filia-fobia y atracción-repulsión. No todos ellos se utilizan igualmente en la clínica, probablemente por las dificultades conceptuales en definirlos y la subsiguiente dificultad en establecer criterios operativos. Los estudios sobre las bases biológicas de los afectos resaltan especialmente el eje activación-desactivación, mientras que, por otra parte, los estudios sobre comportamiento verbal  sugieren que el modelo de polaridad debe revisarse en cada eje, ya que algunos afectos, aparentemente opuestos, surgen de forma simultánea.

 

“La afectividad es el engranaje que impulsa toda la vida psicológica. Los estados afectivos son agradables o desagradables; oscilan entre dos extremos: el Placer y el Displacer”.

 

La afectividad tiene un origen común con el instinto (núcleo instintivo-afectivo). Impregna toda la vida de la personalidad pues participa de todas sus elaboraciones intelectuales y de la actividad general. Condiciona la conducta.

CONTENIDOS DE LOS ESTADOS AFECTIVOS

Los estados afectivos están integrados por las: EMOCIONES, AFECTOS, SENTIMIENTOS, PASIONES.

Estos estados afectivos son modificaciones, de diferente índole e intensidad, en el humor habitual de una persona; son modificaciones reactivas del humor provocadas por los más diversos estímulos externos e internos; físicos y psíquicos.

v  EMOCIONES:  “es un estado afectivo primitivo de aparición y desaparición brusca y agudos que se desencadenan por una percepción  (externa e interna) o representación  y que tienen abundante correlato neurovegetativo  (correlación somática), el estímulo puede ser real, imaginario o simbólico o simplemente desconocido, como ocurre con frecuencia en las crisis de angustia (panic attacks),y modifica la conducta”.  Las manifestaciones fisiológicas son variadas: reacciones vasomotoras (rubicundez facial,  palidez), intestinales (diarrea), secretoras (sudación, lagrimeo), renales (poliuria),  musculares lisas (espasmos), circulatorias (taquicardia, cambios tensionales) y respiratorias (taquipnea, disnea), eléctrica de la piel (reflejo psicogalvánico), etc. Muchas de estas respuestas son objetivables y se pueden registrar (poligrafía).

Ø  Emociones primarias o simples: tienen gran repercusión somática y psíquica; responden al imperativo del instinto. Son tres: miedo, cólera y amor.

§  Miedo: sensación subjetiva de achicamiento o reducción del ámbito personal, que puede llegar a la anulación completa y pérdida del conocimiento (reacción catastrófica) que la inmoviliza. La actitud correspondiente es la Huida. En el orden somático las manifestaciones del miedo son muy intensas. Entre los trastornos mayormente observados, son: aceleración cardíaca (palpitaciones; detención o aceleración  de los movimientos, trastornos vasomotores que se traducen por palidez en el rostro y sequedad en las mucosas; trastornos gastrointestinales; diarreas; temblores generalizados.

§  Cólera: La emoción colérica es una sensación subjetiva de aumento del ámbito personal, tiene una sensación de expansión, como si se produjera realmente el aumento del volumen de la personalidad, la repercusión somática de la emoción es intensa; se produce aceleración de los ritmos cardiacos y respiratorio; fenómenos vasomotores, bien manifiestos por una marcada rubicundez del rostro, en la que se imprime la característica expresión de la ira (interviene el músculo cutáneo del cuello) asume la actitud correspondiente de ataque y destrucción.

§  Amor: es la emoción sexual que se manifiesta psíquicamente por una vivencia que produce la sensación de expansión y proyección hacia el exterior o, en pos del objetivo determinante de la emoción. Las manifestaciones somáticas son, en general más atenuadas que en las otras emociones primarias, pero, se tornan particularmente violentas cuando se producen obstáculos a la descarga motora con que se satisface el instinto. El instinto de conservación, bregando por la conservación de  especie, busca el acercamiento o inclina al individuo hacia el objeto que desencadena la emoción, siendo ésta la actitud característica del amor.

Ø  Emociones secundarias o complejas: estos estados emocionales inclinan respectivamente el humor hacia la alegría y la excitación, o hacia la tristeza y la depresión. La complejidad surge de múltiples variaciones y combinaciones que se producen entre ellas.  Las más importantes son:

§  Angustia y ansiedad: estos dos estados emotivos presentan múltiples puntos de contactos que son de suma importancia, dado que juntos integran, cuadros psiquiátricos como la melancolía y las neurosis. Son emociones complejas que traducen en su forma más amplia, el humor desplacentero predominante. Se producen en aquellas situaciones anímicas en las que las vivencias afectivas son alimentadas por los estados desplacenteros primarios de miedo y de cólera.

·         La Angustia: es una emoción compleja  desplacentera, con un manifiesto contenido somático consistente en una causa real, orgánica o funcional que la determina. Por ejemplo puede ser un enfermo orgánico con una esclerosis cardiovascular, o bien un enfermo funcional del mismo aparto por una gran labilidad neurovegetativa; en ambos casos  se producen frecuentes espasmos vasculares que provocan la consiguiente angustia generada por el temor de perder la vida. De la misma naturaleza es la angustia derivada de los trastornos orgánicos o funcionales del aparato respiratorio, o de cualquier otro aparato.

·         La ansiedad: es una emoción compleja de características similares a la angustia, pero en su origen no reconoce un factor somático generador de temores. Estos surgen de factores psíquicos, preocupaciones, fracasos y quebrantos económicos; factores morales, remordimientos, responsabilidad, etc. los pacientes suelen sentir angustia sin saber a que atribuirla; es una angustia sine materia, de origen puramente psíquico.

Tanto la angustia y la ansiedad presentan a considerar un doble aspecto semiológico, objetivo uno y subjetivo el otro.

1)      El aspecto objetivo está representado por los concomitantes somáticos que acompañan a las emociones; estos son:

a)      Cambio de expresión facial, debida a la fijeza y a la inmovilidad, que en algunas ocasiones quiere ser disimulada con una sonrisa forzada;

b)      Intensa palidez.

c)      Sudación.

d)     Temblores generalizados a todos los músculos.

e)      Castañeteo de dientes.

f)       Aceleración de los movimientos respiratorios y cardíacos.

g)      Aumento de la tensión arterial.

h)      Midriasis.

i)        En el caso de que la emoción estalle bruscamente hay inmovilidad completa, erección del vello, frialdad de las extremidades, sequedad de las mucosas.

2)      El aspecto subjetivo se revela por las quejas del enfermo. Los síntomas son:

a)      Gran opresión precordial.

b)       Palpitaciones.

c)      Sensación de paro cardíaco

d)     Sensación de constricción y nudo en la garganta, por aumento del tono muscular que llega hasta dificultar la deglución de los líquidos.

e)      Dolores de vientre.

f)       Escalofríos.

g)      Vértigo.

Ø  Pena: es una emoción compleja desplacentera, de motivación psíquica o moral. Se trata de una congoja, de una aflicción, cuya mayor repercusión es de orden psíquico; su escasa manifestación somática generalmente queda limitada a la expresión de tristeza en el rostro;  en algunas oportunidades llega hasta el llanto.

Ø  Disgusto: emoción  compleja desplacentera cuya causa provoca en el individuo, al mismo tiempo que una pena o aflicción, un  poco de enojo  de inquietud o de fastidio. Este estado afectivo se debe  en realidad a una emoción de pena, con el  agregado de algunos destellos de emoción; de cólera que le transmite ese matiz especial por el que hallamos mezcladas. En el disgusto, la aflicción y el enfado.

Ø  Otras emociones complejas desplasenteras son: susto, horror, vergüenza, repugnancia.

Ø  Entre las emociones complejas placenteras, figuran: alegría, felicidad, optimismo, satisfacción.

 

v  AFECTOS: es una inclinación natural que mediante el aporte emocional primario conduce el humor hacia el polo placentero o desplacentero, es de mayor estabilidad y más prolongada  la duración que la emoción.

Ø  En el polo placentero: las tendencias encauzan la afectividad hacia la emoción primaria del amor. Cuando se complica el terreno emocional se llega a las emociones complejas de felicidad, alegría, satisfacción, bienestar, optimismo, despreocupación de sí mismo, extrayección del yo, de lo que surgen el amor a los semejantes. Estas emociones de carácter placentero cuyo origen real sería el instinto sexual. En sus manifestaciones, pone de relieve cierta despreocupación por los intereses del sujeto en sí, puesto que vela por algo de una significación más amplia que la conservación del yo al prodigar toda su energía para la perduración de la especie. Estas emociones placenteras, cuando son elevadas al plano superior e intelectualizadas, dan margen a la aparición  de inclinaciones altruistas, las que a su vez son fuente de producción de los pensamientos más nobles y elevados de la personalidad humana. Las inclinaciones egoístas que giran en torno al yo; término, las inclinaciones altruistas en las que el yo pasa a un plano secundario al prodigarse a los demás. Por ultimo debamos mencionar las inclinaciones impersonales, que dan origen a los sentimientos morales, sociales, artísticos, poéticos, culturales y científicos.

Ø  En el plano desplacentero: prevalecen las vivencias que surgen  de las emociones primarias de miedo y de cólera. En el plano emocional más elevado se manifiestan la pena, la angustia, la ansiedad, el disgusto, el malestar, la preocupación, el pesimismo, vivencias relacionadas todas con los intereses del individuo. Su origen real se encuentra en el instinto de conservación que bajo sus múltiples formas de manifestación, nos revela su vigilancia permanente sobre la integridad y supervivencia del individuo y de sus intereses. Ésa es la causa de todos los desvelos y preocupaciones para procurarse las situaciones y los medios que aseguren la integridad del yo. Cuando todas esas vivencias se transportan al plano superior para ser intelectualizadas, se expresan bajo la forma de inclinaciones egoístas.  El egoísmo empaña todos los sentimientos elevados de la personalidad, la que, en su intensa preocupación por el yo y en su deseo de subsistir, se coloco en un terreno de constante disconformidad y pesimismo, es decir, en un permanente desplacer.

v   SENTIMIENTOS: constituyen las vivencias afectivas de mayor jerarquía, corresponde a un plano más elevado, donde interviene el intelecto que inhibe y mitiga las reacciones somáticas hasta su desaparición, quedando limitado exclusivamente a las manifestaciones psíquicas. Por lo que, parecería que las emociones fueran intelectualizadas y sometidas así a un proceso psíquico de maduración. A medida que las personas evolucionan intelectualmente enriquecen sus vivencias afectivas, es decir, sus sentimientos, adquiriendo un marcado dominio sobre las reacciones emocionales; éstas se hacen más suaves, se enriquecen con matices, perdiendo su primitiva violencia reaccional condicionada por el instinto. Los sentimientos se alejan definitivamente de las simples reacciones emocionales desde el momento que constituyen estados afectivos estables; los sentimientos perduran indefinidamente, y más que intensidad cobra importancia la pureza y el arraigo que tengan en la personalidad. La estabilidad de los sentimientos se debe a que se mantienen ligados a determinadas ideas y conceptos que nuestro intelecto ha elaborado mediante sus juicios y razonamientos, y adaptado  a la medida de la capacidad de cada individuo. Son conceptos abstractos, de orden moral, social, filosófico, comunes a todos los hombres, cuya capacidad comprensiva dependerá el grado de pureza de los sentimientos. A medida que evoluciona el individuo se realiza simultáneamente la evolución de sus sentimientos, de acuerdo con su capacidad intelectual que le permite instruirse, educarse, ubicarse en el medio social, conocer sus derechos y sus deberes y adecuar su vida a normas de moral y de conductas. Los sentimientos son estados afectivos muy complejos que oscilan entre lo placentero y lo desplacentero. Es un estado de formación gradual en el que interviene la elaboración intelectual con la participación de juicios y razonamientos que lo elevan a la categoría de un verdadero estado de conciencia. La predominancia de lo placentero o desplacentero depende directamente de las tendencias e inclinaciones innatas de la personalidad. Por sus inclinaciones en el terreno placentero, dominan los sentimientos altruistas y en el polo desplacentero dominarán los sentimientos egoístas, junto a éstos pueden existir en mayor  o menor escala los sentimientos impersonales. Concretando en forma más sintética nuestro concepto del sentimiento diremos que “Sentimiento es un estado afectivo elaborado en la conciencia mediante el aporte del juicio y del razonamiento, que le confieren los caracteres de estabilidad, subjetividad y especificidad individual, y cuyo grado de pureza depende de la capacidad comprensiva de cada intelecto y la tonalidad depende de las inclinaciones naturales de la personalidad”.

v  PASIONES: es un estado afectivo caracterizado por su gran persistencia que, en ocasiones, llega a hacerse permanente. Es un estado afectivo intelectualizado, de gran impregnación sentimental, condicionando la conducta. Las pasiones son de índole diversa, de acuerdo con la categoría de sentimientos promovidos por los afectos, tendencias e inclinaciones.

Ø  El predominio de las inclinaciones egoístas indica que las mayores preocupaciones de la personalidad son las que tienden a la satisfacción de los deseos e intereses del yo. Las pasiones egoístas son: odio, venganza, orgullo, avaricia, avidez, dominación, vanidad, sentimientos sexuales bajos y sórdidos deseos. El conjunto de estos estados pasionales es englobado, bajo la denominación común de Bajas Pasiones. En ellas están reflejadas las emociones de miedo y de cólera, por la tendencia egoísta de posesión y de conquista  y la tendencia agresiva respectivamente.

Ø  Cuando dominan las “tendencias altruistas”  la personalidad muestra la propensión a prodigarse al prójimo, con despreocupación de sus propios interés, desencadenándose estados pasionales tales como la filantropía, pasión religiosa, la caridad, piedad, entre los más frecuentes.

Las inclinaciones altruistas, causantes de estos estados pasionales, manifiestan la emoción de amor que, al abandonar el plano emocional somático y sexual, se intelectualiza y adquiere un matiz más amplio y generalizado bajo la forma de amor al prójimo.

Ø  Pasiones impersonales: son las más desinteresadas, entre ellas figuran la pasión por las ciencias, por la música, por la pintura y por las artes en general.

PSICOPATOLOGIA DE LA AFECTIVDAD

La afectividad en sus oscilaciones entre lo placentero y lo desplacentero, da como resultado el tono afectivo peculiar de cada individuo. En condiciones normales, el tono se mantiene en un perfecto estado de equilibrio entre ambos polos de afectividad; esto se denomina Eutimia que representa el equilibrio en todos los aspectos, cuantitativo y cualitativo.

Ese equilibrio se rompe bajo numerosas circunstancias patológicas, dando lugar a diversas perturbaciones tanto en el orden cuantitativo como en el orden cualitativo.

v  ALTERACIONES CUANTITATIVAS: puede hallarse cuantitativamente exaltada y ese aumento, disminuido, anulado.

Ø  HIPOTIMIA: es un estado caracterizado por el descenso de potencial o tono afectivo; son muy escasos y de muy poca intensidad las reacciones afectivas, por lo que los enfermos afectado no dan respuestas adecuadas a la magnitud del estímulo. Los más frecuentes son:

§  Indiferencia o frialdad afectiva: son situaciones en que el individuo no experimenta apenas sensaciones afectivas en sus relaciones con el mundo exterior, acontecimiento o vivencias. Este síntoma sería una experiencia subjetiva, va acompañado a menudo de apatía o falta de reactividad emocional. La indiferencia puede aparecer en la esquizofrenia procesal y en los  cuadros de autismo. Las depresiones producen cierto grado de apatía e indiferencia; pero mientras que en la esquizofrenia existe un contexto general; pero mientras que en la esquizofrenia existe un contexto general  de síntomas “negativos”, en la depresión suelen estar presentes otros síntomas de naturaleza depresiva que suelen predominar sobre la indiferencia, y de hecho algunos delitos y mentiras descarnadas se producen con frialdad e indolencia. En la histeria de ha descrito la “belle indifférence”, que sería una pantomima defensiva de índole disociativa. La apatía, además de acompañar con frecuencia la indiferencia, en estos cuadros psicopatológicos aparece en trastornos orgánicos cerebrales (especialmente frontales y talámicos) y endocrinos (hipo e hipertiroidismo), en los que puede existir una marcada inexpresividad facial o postural.

§  Anhedonia: es la incapacidad para experimentar placer. En términos dinámicos se interpreta el síntoma  como coadyuvante de la represión del conflicto neurótico y Freud mismo subrayó que las diferencias interindividuales son más cuantitativas que cualitativas. También existen aplicaciones de la anhedonia basadas en postulado comportamentales y biológicos. En especial en las depresiones endogenomórficas, que atribuyó aun trastorno funcional del SNC (Klein, D.F.), es uno de los síntomas que mejoran con mayor prontitud con el tratamiento antidepresivo y, es indicador precoz de la respuesta terapéutica.

Ø  HIPERTIMIA: es la exaltación de la afectividad y pueden ser: placenteras, displacenteras y mixtas.

§  Hipertimia placentera:

·         Euforia simple:  se manifiesta por gran locuacidad, optimismo, satisfacción; el individuo irradia felicidad y ríe con facilidad; todo indica un estado placentero del humor. Hallamos en personas constitucionalmente predispuestas, por acción del etanol, también se observa en la parálisis general progresiva y en algunos epilépticos.

·         Moria: es una forma especial de alegría  carente de todo contenido afectivo. Es una alegría sin razón de ser, sin motivo alguno que la fundamente ni vivencia que la substancie, por lo que se la llamó “alegría estúpida”.  Hay tendencia al chiste insulso y la conducta del sujeto es completamente pueril, índice de un déficit psíquico que tiene su origen en una causa de naturaleza orgánica, en tumores del lóbulo frontal y en alcoholismo crónico (por atrofia de la corteza cerebral).

·         Hipomanía:  es un estado de alegría incontenible, cuyo substrato constituye una cenestopatía placentera con sensación de perfección y plenitud de la vida orgánica, que despierta en el individuo sentimientos de optimismo, de capacidad, de insuficiencia y de  triunfo.

·         Manía: es un grado más intenso de exaltación afectiva en que además de la alegría que caracteriza a la Hipomanía,  se produce el paso fácil, a veces intempestivo, hacia la cólera y el furor, topes extremos de la hipertimia patológica. Produce una exaltación de la actividad general. Hay una marcada aceleración de todo el proceso psíquico llegándose a una extraordinaria rapidez del ritmo asociativo, hasta la “fuga de ideas”, con gran exaltación de toda la vida instintiva y gran excitación psicomotriz.

§  Hipertimia desplacentera: el desplacer patológico conduce a diversos grados de alteración del humor.

·         Depresión simple: el individuo es presa de una gran tristeza de la que es imposible desembarazarse. La melancolía es de naturaleza  endógena, constitucional, cuya tristeza es sin motivo aparente, no es posible encontrar las causas de la misma. Los acontecimientos de la vida presente y pasada se hallan impregnados de este marcado humor triste, que repercute en la psique bajo la forma de un gran dolor moral, es lo que se denomina “psiquialgia”.  Presentando bradipsiquia, disminuye la actividad general y se produce introversión. Hay también alteraciones cenestopáticas que provocan en el enfermo preocupaciones por su salud física; apareciendo las ideas hipocondríacas, referentes a las más diversas enfermedades vinculadas a distintos órganos.

§  Hipertimia mixta: son elementos que pertenecen a ambas tonalidades afectivas y ellas son:

·         Melancolía agitada: a la melancolía simple se le agrega la ansiedad. En estos estados, junto a la tristeza de fondo se destaca una excitación psíquica y motriz, con la aparición de movimientos descontrolados y sin objetivo aparente que descargan la gran tensión afectiva desplacentera.

·         Melancolía con fuga de ideas: junto a la tristeza y a la depresión motriz, existe taquipsiquia que llega hasta la fuga de ideas.

·         Furor maníaco: con gran excitación psicomotriz y con humor francamente desplacentero dado el  predominio de la emoción cólera.

·         Beatitud: estado afectivo mixto, es una intensa manifestación placentera, con sensación íntima de gozo, satisfacción e intensa felicidad; pero, en lugar de acompañarse de excitación motriz hay suspensión de toda la actividad física. La beatitud se puede encontrar en condiciones normales y en circunstancias patológicas tales como la parálisis general progresiva, la esquizofrenia, la epilepsia y la histeria.

·         Extasis: estado afectivo mixto caracterizado por una exaltación placentera de mayor intensidad que la beatitud. Parece ser la consecuencia de ciertos estados pasionales por los cuales, dado el enfoque único que condiciona la conducta del individuo, éste penetra y se sume fácilmente en la órbita de sus inclinaciones afectivas. Es tal la carga afectiva movilizada al servicio de esas inclinaciones naturales, el sujeto se aleja cada vez más del resto de los problemas que ocupan normalmente la conciencia de las personas en el transcurso de la vida diaria. El éxtasis, conduce a un verdadero estrechamiento de la conciencia, como ocurre en los estados crepusculares en que se pierde contacto con el mundo real; por lo que el individuo actúa de una manera semiconsciente, pareciendo pertenecer a un mundo metafísico. Esto se observa en los místicos, en los artistas y filósofos.

Ø  ATIMIA:  Es la falta absoluta de afectividad. Es una alteración cuantitativa sólo compatible con los estados oligofrénicos profundos y demencias muy avanzadas.

v  ALTERACIONES CUALITATIVAS: reciben el nombre de “paratimias”. Las más importantes son:

Ø  ALEXITIMIA: es un término originalmente dinámico que fue introducido por Sifneos (1973). Etimológicamente significa ”falta de palabras para los afectos” y se refería a aquellos pacientes con incapacidad  para expresar los afectos a través de las palabras. Este fenómeno es similar al pensamiento operatorio definido por Marty en sus estudios sobre patología psicosomática. La alexitimia se refiere al proposicional.

Ø  APROSODIAS: se refiere a trastornos del lenguaje afectivo (prosodia y modulación emocional), que surgen en los pacientes con lesiones en el hemisferio derecho. Si bien es cierto que el lenguaje se encuentra en el hemisferio izquierdo (en los diestros) para el lenguaje proposicional, pero, en cambio, el lenguaje afectivo parece estar ubicado en el hemisferio no dominante. Ross, utilizando el modelo clínico de la afasia, ha definido los mismos tipos de trastornos del lenguaje, pero en este caso afectivo: aprosodias motora, global, transcortical, sensorial, etc. La inexpresión emocional y los síntomas depresivos tienen en estos pacientes una configuración semiológica distinta a la habitual. Buk y Duffy  (1980) analizando la expresión emocional, facial y postural, encontraron que los pacientes con lesiones afásicas del  hemisferio izquierdo eran igualmente o incluso más expresivos que los controles, mientras que los pacientes con lesiones del hemisferio derecho y los afectos de enfermedad de Parkinson eran mucho menos expresivos. Así pus, en el diagnóstico de la depresión en pacientes con lesiones cerebrales, especialmente  del hemisferio derecho, debe considerarse la presencia de trastornos aprosódicos, ya que modifican esencialmente la comunicación afectiva del paciente.

Ø  DISTIMIA: etimológicamente sería toda disfunción del humor. A menudo se llamaba distímico el individuo cuyo humor era cambiante y variable (parecido al concepto inglés de moody).  También se había utilizado para describir los trastornos del humor en los epilépticos (distimias epilépticas). La atribución más reciente del término se debe a la influencia de la clasificación norteamericana de DSM-III, que ha empleado el término “trastornos distimicos”, para sustituir el concepto de depresión neurótica.

Ø  TENACIDAD AFECTIVA: es la persistencia y fijación patológica de determinados estados afectivos, en forma más o menos prolongada o permanente. Se presenta en determinadas personalidades y estados temperamentales. Sabemos que existen personas que, en condiciones normales, son fáciles presa del odio y del rencor ante el choque y adversas situaciones ambientales. Con carácter patológico hallamos muy frecuentemente la tenacidad afectiva en los epilépticos (odio, venganza).

Ø  LABILIDAD AFECTIVA: consiste en bruscos y repentino cambios en el tono afectivo sin que exista un motivo aparente que los justifique. Se observan con frecuencia en: 

§  Insuficiente madurez psíquica: como ocurre normalmente en el niño y en condiciones patológicas, en los oligofrénicos.

§  Por debilitación psíquica: como ocurre en los dementes.

§  Por la existencia de determinados estados constitucionales propios de ciertas personalidades inestables: histéricos y distímicos.

§  Por alteraciones graves en la estructuración de la personalidad y en la unidad de la psique como acontece en: esquizofrénicos y con los confusos mentales.

Ø  INCONTINENCIA  AFECTIVA: la incontinencia afectiva es consecuencia de la falta de freno inhibitorio cortical, por insuficiencia o debilitación. Es una manifiesta incapacidad para contener los estados emocionales desencadenados por cualquier estímulo, aun los de pequeña magnitud. La inhibición cortical libera y reactiva la vida instintiva, determinando reacciones emocionales intensas e irrefrenables. Se observa en los insuficientes mentales y en los dementes.

Ø  AMBIVALENCIA  AFECTIVA: constituye un estado afectivo especial, por el cual el enfermo experimenta, en un mismo instante, sentimientos opuesto o, para expresarlo con mayor claridad sentimientos de carga contraria como son el amor y el odio, el amor y el rencor, dispensados simultáneamente a la misma persona. La ambivalencia determina una inestabilidad constante de la afectividad que oscila entre ambos polos, con una evidente repercusión sobre la conducta del sujeto que es impulsado en sus actos en uno y otro sentido, por que al mismo tiempo desea y rechaza o desea y teme su ejecución. En casos extremos puede llegar a cometer actos punibles contra personas queridas y a continuación llorar y desesperarse con sincero arrepentimiento. En los esquizofrénicos.

Ø  PREPLEJIDAD: es un estado afectivo muy particular que se puede observar en diversos estados patológicos. Está presente en la confusión mental, cuando la obnubilación de la conciencia no permite al enfermo percatarse de su situación y de cuanto acontece a su alrededor. También, se observa en los esquizofrénicos, melancólicos. Presentan sensación de extrañeza, de desconcierto, de asombro, de duda, de desconfianza, que revelan que el enfermo no sabe o no acierta  a comprender cuál es su situación.

Ø  NEOTIMIAS: es la creación de sentimientos nuevos. No son los cambios recientes que se produce en una persona, debidos a la aparición de sentimientos no habidos en ella hasta ese momento pero comunes  en los demás individuos. Nos referimos a sentimientos realmente nuevos por su significación extraña, fuera de lo común, nunca observados en el enfermo ni en el resto de las personas con afectividad normal. Se debe a perturbaciones no bien conocida de la cenestesia general. El enfermo experimenta una sensación de cambio o de transformación en lo más íntimo de su ser; se siente totalmente extraño a su ser anterior, como si una profunda modificación se hubiera operado en su personalidad (sentimiento de cambio y de transformación). En la misma forma se producen los sentimientos de muerte y de resurrección y de transformación del mundo circundante. La neotimias constituyen sentimientos totalmente extraños que escapan a la órbita de la afectividad normal y señalan  graves alteraciones en la estructuración íntima de la personalidad.

Ø  CATATIMIA: es un estado de intenso colorido afectivo que, en determinados momentos, impregna a la personalidad y embarga  la psique con marcado predominio sobre el campo de la esfera intelectual. La corriente afectiva interfiere las elaboraciones intelectuales, a la que comunica un matiz particular de acuerdo con las vivencias del momento. Debido a dicha interferencia afectiva el individuo efectúa una apreciación subjetiva deformada de la realidad objetiva, que la percepción aporta a la conciencia, así como de todas las elaboraciones mentales. Esto se debe a que la afectividad falsea los juicios que participan de todas las elaboraciones psíquicas; la catatimia provoca una verdadera

desviación del juicio a favor de esa corriente afectiva, que lo inhibe para una correcta comparación y ponderación de las cosas. Toda determinación surgida de un juicio catatímico adolece de falta de solidez y veracidad, conduciendo a graves errores. Por la interferencia catatímica las madres ven a sus hijos  como los mejores entre otros muchos; en este caso el amor maternal provoca una franca obtusión del juicio.

hidalgoemilio@hotmail.com