NEUROCIENCIAS 2

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CONCIENCIA Y ORIENTACION

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GUIA DE TRABAJOS PRÁCTICOS

TEXTO 1

 

ORIENTACION:

 

Depende directamente de la lucidez de la conciencia, que permita la ubicación en cada uno de los instantes de la vida.

En realidad la conciencia y la orientación son  inseparable, desde el momento que el individuo sólo puede orientarse cuando su conciencia se mantiene en perfecta lucidez. Una conciencia de amplitud y claridad normales capacita para el desempeño de la totalidad de la función psíquica que, por otra parte, permite al individuo comprender cada uno de los instantes de su vida, así como su ubicación con relación a sus semejantes y al medio ambiental en que vive.

Esto no sólo requiere la integridad de la psique sino también de toda la organización somática que, mediante los mecanismos sensoriales y nerviosos, facilita el permanente contacto del “YO” con los mundos externos e internos, favoreciendo la formación de los estados de  conciencia que transmiten y facilitan la orientación témporo-espacial. En conclusión, mediante la conciencia, sus elaboraciones psíquicas y el caudal de sus conocimientos el hombre logra una correcta orientación.

 

TIPOS DE ORIENTACION:

 

De un modo general se establecen dos tipos fundamentales de orientación:

 

ORIENTACION AUTOPSIQUICA  y ORIENTACION ALOPSIQUICA.

 

1.      ORIENTACION AUTOPSIQUICA: es el conocimiento de la propia personalidad y a su evolución a través del tiempo (referente a la persona con respecto a sí misma).  El hombre aprende desde su infancia a verse y a reconocerse a sí mismo como una entidad individual, distinta de todas las demás personas que con él conviven en el ambiente social. En los comienzos de la vida, esa noción de individualidad es muy precaria y confusa, pero a medida que la evolución avanza se acentúa y adquiere nitidez. Este reconocimiento se manifiesta primero en el orden somático; los caracteres físico, y en especial los rasgos fisonómicos y la expresión, motora de los diversos actos condicionados por la voluntad que traducen la elaboración, motora de los diversos actos condicionados por la voluntad que traducen la elaboración mental del individuo, son los que contribuyen primordialmente a la adquisición de la noción mencionada. Esa individualización, que culmina con el conocimiento definitivo de la propia  personalidad, se afianza aún más cuando el hombre alcanza a comprender el transcurrir de su vida psicológica con todas sus manifestaciones. Desde que empieza a conocer su intimidad comprende que su vida es completamente independiente de la vida de sus semejantes, comprende que constituye una persona con identidad propia y que no puede ser otra cosa más que el mismo, a través del transcurso de toda su existencia. Conoce el caudal de sus propios conocimientos, elaborados por su psiquis; sabe de todos los tropiezos de su vida, de sus sinsabores, de sus angustias  de sus alegrías, se conoce a sí mismo en sus deseos, en sus inclinaciones, en sus tendencias y en sus ambiciones;  sabe cuáles son sus creencias y conoce sus errores y sus temores; por último conoce sus actos y su conducta. La totalidad de la personalidad se integra así en su doble aspecto, somáticos y psíquico, y de ella tiene clara conciencia el individuo merced a la memoria que, en condiciones normales, puede, en cualquier momento, actualizar los hechos más importantes que jalonan su vida.

2.      ORIENTACION EN EL TIEMPO: para orientarse fácilmente en el tiempo el hombre ha recurrido a su mediación por fracciones o períodos, mediante aparatos y cálculos que permiten considerar desde años hasta segundos  y fracciones de segundos. Si bien no existen limitaciones para el tiempo, puesto que éste transcurre ininterrumpidamente, el hombre lo mide por fracciones para su conveniencia y para poder orientarse en su vida y en todas sus actividades (segundos, minutos, horas, días, semanas, meses, años, etc.). La noción del tiempo y su mediación revisten un carácter muy personal; cada uno tiene una conciencia muy particular y propia de cada fracción o lapso, al punto que el registro de un mismo instante presenta divergencias de duración entre las diversas personas que lo aceptaron. Existe una noción del tiempo de origen puramente psíquico, como resultado de nuestras propias elaboraciones y a través de nuestras vivencias, de nuestros pensamientos, de todo nuestro acontecer espiritual y de las relaciones con los mundos externo e interno, hechos que la memoria se encarga de escalonar con exactitud. El transcurso del tiempo es apreciado por el hombre por el lapso o duración del período entre un hecho y otro, con lo que se establece su medición por fracciones. Es decir, que el tiempo del transcurrir psíquico se calcula o se mide por los períodos o fracciones o lapsos que integran cada uno de los estados de conciencia en su rápida sucesión. Las relaciones que luego establece entre estas fracciones de tiempo psicológico y el fraccionamiento convencionalmente aceptado del tiempo solar le permiten la ubicación de los acontecimientos de su vida en determinadas épocas y momentos de ese devenir. Asimismo la sucesión de una ordenada ilación de estados de conciencia permite la noción del tiempo futuro, desde el momento que, según hemos dicho, un estado de conciencia está integrado, en parte, por el que le precede proyectándose a su vez en el que le continúa. Además el encadenamiento de la vida psicológica, mediante el auxilio de la memoria, hace que el tiempo presente más el tiempo pasado, se proyecten hacia el futuro.

3.      ORIENTACION EN ESPACIO: el hombre, en su evolución ontogénica, adquiere poco a poco la orientación en el espacio en que actúa y desenvuelve su vida. Esto se consigue mediante la participación de todos los aparatos sensoriales, especialmente la vista, el oído y el tacto, que permiten obtener la noción de diversas magnitudes a través de las impresiones de distancia, longitud, espesor, altura y anchura, o sea que se produce una noción de orden global o de conjunto que es el del volumen de las cosas y del lugar que ocupan en el espacio. Estas nociones se adquieren debido a las limitaciones y fraccionamientos que cada uno hace del espacio, que en realidad es infinito e inconmensurable. Es decir que por medio de nuestros sentidos concebimos un espacio finito y establecemos magnitudes y distancias. Para eso, el hombre ha creado las distintas medidas (tiempo, longitud, magnitud,  peso, capacidad, etc.), mediante las cuales es posible la apreciación de  magnitudes convencionales y, siempre dentro las limitaciones que impone el alcance de sus aparatos sensoriales, cada uno construye su propio espacio o ámbito personal, así como efectúa su proyección y desplazamiento en el medio que actúa.

 

PERTURBACIONES DE LA ORIENTACION:

 

v     SINDROMES OLIGOFRENICO: depende del grado de insuficiencia:

Ø      DEBIL MENTAL: por lo general bien orientado auto y alopsiquicamente.

Ø      IMBECIL: se desorienta por la insuficiencia de los juicios e incapacidad de comprender. Es difícil la noción de  individualización e independencia del medio.

Ø      IDIOTA:  no se orienta en absoluto por la agravación de los factores anteriores.

v     SINDROME DEMENCIAL: la desorientación de los dementes depende del grado de debilitación psíquica. La amnesia es causa principal. Primero desorientación en el tiempo, luego en el espacio y finalmente la autopsíquica. 

v     SINDROME CONFUSIONAL: la desorientación, consecuencia de la obnubilación, es una de las características más importantes; en el tiempo y en el espacio. La fatiga psíquica debilitada la atención y la fijación;  pérdida del encadenamiento normal de las ideas; incoherencia y desorientación autopsiquica.

v     SINDROME ESQUIZOFRENICO: desorientación en el tiempo por el desinterés del enfermo  hacia el mundo exterior. Se orienta bien en el pasado remoto y en el espacio.

v     SINDROME DELIRANTE: salvo excepciones, los delirantes son lúcidos y están bien orientados.

v     SINDROME DE EXCITACION PSICOMOTRIZ: los excitados, siempre que no sean confusos, son lúcidos y están bien orientados.

v     SINDROME DE DEPRESION PSICOMOTRIZ: mala orientación en el tiempo, que pasa insensiblemente porque la introversión los desconecta del mundo externo.

 

TEXTO 2

 

CONCIENCIA:

 

CONCEPTO: La conciencia es como la resultante del funcionamiento armónico de la totalidad de la psique. Por consiguiente, ella se manifiesta cuando entran en juego los mecanismos psicológicos y somáticos cuyas actividades determinan la realización del proceso psíquico.

Por la conciencia y a través de estas elaboraciones, el espíritu se informa o adquiere el conocimiento de cuanto acontece: en  el MUNDO EXTERIOR, MUNDO INTERIOR   Y MUNDO PSIQUICO.

1.      En el mundo exterior: captado por los aparatos sensoriales externos: oído, vista,  olfato, gusto y tacto;

2.      En el mundo interior: captado por los aparatos sensoriales internos, censtésicos, cinético y del equilibrio

3.      En el mundo psíquico: al que pertenecen las actividades superiores, raciocinio e imaginación que intervienen en la elaboración del pensamiento cuya captación se efectúa por la conciencia misma.

La conciencia, hace posible un triple conocimiento, del mundo externo, del mundo interno y del psicológico, permite al hombre una perfecta noción del YO y de su orientación témporo-epacial; ella adquiere el conocimiento de su existencia, de su personalidad, de su ubicación en el espacio y en el tiempo, de sus pensamientos, de sus deseos y de sus actos. La conciencia identifica al YO y con la esencia misma del ser, es indispensable para la vida psicológica del individuo y para su manifestación como ente pensante y perfectible.

 

DEFINICION: “ La conciencia es una superestructura psicológica, límite entre las manifestaciones psíquicas, y el YO que, por su conducto, adquiere el conocimiento de sí mismo y es informado de cuanto acontece fuera de él”.

 

CAMPO DE LA CONCIENCIA: se entiende por campo de la conciencia a todo el ámbito posible de ser abarcado por la misma. Dentro del marco normal de la conciencia deben considerarse distintas zonas, según la nitidez y precisión de los registros.

1.      ZONA CONSCIENTE: es la zona de primordial importancia, en la que se obtiene el máximo de precisión y perfecta nitidez. Se la conoce también con  el nombre de CENTRO O FOCO DE LA CONCIENCIA; por que allí es donde se obtiene mayor intensidad de la atención y de concentración psíquica para su posterior elaboración; las percepciones sensoriales, los reconocimientos mnemónicos, la estructuración del pensamiento, los estados afectivos, las reflexiones y las meditaciones, son el resultado de tales elaboraciones que se efectúan a plena luz de la conciencia. En la zona consciente, culminan las elaboraciones psíquicas cuya finalidad útil y práctica es la información definitiva que suministran el espíritu. Además tiene un umbral para que sea consciente debe pasar ese umbral el estímulo.

 

2.      ZONA INCONSCIENTE: bordea la zona consciente, pero se halla siempre comprendida dentro del campo o ámbito de la conciencia. En ella coexiste un mayor número de elementos, escalonados en forma tal que su nitidez va decreciendo y sus imágenes se hacen tanto más borrosas cuanto más se alejan del foco de la conciencia. El inconsciente hace las veces de un campo de operaciones preparatorias,  donde se ordena el material para la elaboración consciente y asimismo es el campo de las operaciones definitivas que dan por resultado muchas de las creaciones del individuo.

 

 

3.      ZONA INCONSCIENTE: en una región donde la conciencia no puede alcanzar ningún objetivo, ni aún en forma borrosa, se extiende lo que se conoce bajo la denominación de zona inconsciente. La actividad que en ella tiene lugar escapa a toda posibilidad de percepción por el YO, hasta tanto el material que le pertenece no sea llevado a la zona consciente. Sin embargo, determinados hechos y manifestaciones que a menudo tienen lugar en esta zona revelan, en su oportunidad,  la existencia y el valor del inconsciente. Son manifestaciones que llegan a la conciencia en forma  imprevista, sorpresiva, automáticamente y fuera de todo control. Se trata así como un exabrupto en el curso del pensamiento y cuya aparición resulta inexplicable para quien la experimenta. El exabrupto determina que, secundariamente, los interlocutores evoquen el hecho en su totalidad. El  inconsciente es una zona de gran magnitud que abarca cuanto ha sido registrada por la conciencia y que pasa a formar parte integrante de la vida psicológica inconsciente del individuo. Por lo tanto, el inconsciente representa el reservorio de conservación de todo lo registrado por la conciencia, tenga o no-importancia; lo mismo pertenezca al campo de lo consciente como al campo del preconsciente. Todo lo que ha sido vivenciado a través de la sensopercepción, que informa sobre el mundo exterior y el mundo interior con todas las manifestaciones neurovegetativas del organismo las vivencias  intelectuales, pensamiento completos y fragmentarios, conocimientos concretos y abstractos;  la vivencia afectiva, estados de ánimo, emociones intensas, grandes alegrías y grandes desplaceres; las vivencias motoras, actos, etc., todo pasa a integrar la vida inconsciente una vez que abandona el campo de la conciencia. Esa zona adquiere así una importancia extraordinaria, al punto que el inconsciente se identifica con la memoria misma, centro y fuente de conservación y evocación de las vivencias.  El capital del inconsciente está integrado:

3.1.   Por todo lo que has sido nítidamente  vivenciado en la zona consciente;

3.2.   Por cuanto ha pertenecido a la zona preconsciente, vivencia más o menos borrosas y algunas de ellas, casi imperceptibles;

3.3.   Por el importante y fundamental aporte de numerosas vivencias que se originan en el núcleo instintivo-afectivo, en intima conexión con la vida orgánica y de los instintos.

 

PSICOPATOLOGIA DE LA CONCIENCIA

Diversas circunstancias patológicas pueden empañar con mayor o menor intensidad la lucidez de la conciencia.

 

v     OBNUBILACION DE LA  CONCIENCIA: Consiste en un empañamiento de la lucidez de la conciencia: en este caso se produce un enturbiamiento global que, de acuerdo con la gravedad de los factores desencadenantes, puede llegar hasta la suspensión total de la actividad psíquica. El vocablo obnubilación procede de nube, por lo tanto, decir que la conciencia está obnubilada equivale a decir que está nublada, o sea que esta sumergida en una nube  que empaña su claridad. La consecuencia inmediata de la obnubilación de  la conciencia es la disminución o retardo en el ritmo de las elaboraciones psíquicas, retardo que es tanto más marcado cuanto mayor es el entorpecimiento de la conciencia. La atención, muy fatigable, no puede ser sostenida; debido a su superficialidad e inestabilidad, la captación de los estímulos se hace muy trabajosa, pues se entorpece enormemente la percepción que es lenta, imperfecta, imprecisa y sin ninguna  nitidez. A las anteriores alteraciones deben agregarse las que sufre la memoria, ya que la mala percepción dificulta la fijación de los estímulos; cuando algo se fija, se hace en forma muy superficial y borrosa, por lo que la evocación es casi imposible y expuesta  a numerosos errores. La concurrencia de estos trastornos perturba el curso normal del pensamiento, que se fragmenta debido a interrupciones más o menos prolongados. La asociación de las ideas se aparta de su mecanismo lógico normal; las imágenes y representaciones que aflora a la conciencia son incapaces de suscitar asociaciones correctas. Cuando se producen se hacen en forma muy irregular y laxa hasta caer en la incoherencia. Todo se empobrece y se torna confuso en la conciencia obnubilada y, cuando el trastorno es muy acentuado, se pierde hasta la noción del YO y de las relaciones entre la personalidad y el mundo exterior. La obnubilación de la conciencia puede presentar diversos grados de intensidad.

 

Ø      EMBOTAMIENTO O TORPEZA: es la forma más leve, propia de los estados de fatiga física, o psíquica muy intensos, en que se produce un marcado entorpecimiento de toda la actividad psíquica.

 

Ø      SOMNOLENCIA: es un grado más intenso que el simple embotamiento. Es una perturbación mayor; la percepción así como toda la actividad psíquica se hallan más dificultadas debido a una gran propensión al sueño; este fenómeno se observa en condiciones fisiológicas normales en los estados de transición entre el sueño  y la vigilia. En condiciones patológicas se observa en los comienzos de la confusión mental debida a procesos  tóxicos e infecciosos. Tanto en el sueño como en un estado intermedio entre el sueño y la vigilia puede existir una forma particular de registro de la conciencia, cuyos diversos espectros son conocidos bajo la denominación de estados de conciencia onírica.

 

 

Ø      COMA  es el grado extremo de obnubilación; siempre patológico. En este caso se produce la pérdida completa de la conciencia, la cual deja de registrar debido a  su extinción total. Se observa entre otras afecciones, en los casos de traumatismos craneales graves, en la uremia y en la diabetes.

 

v     ESTRECHAMIENTO DEL CAMPO DE LA CONCIENCIA: es una verdadera retracción del campo de la conciencia, con lo que una parte de la personalidad y sus manifestaciones psíquicas quedan inactivas, a la vez que la conciencia del mundo exterior queda  reducida a un campo sumamente estrechado. En estos casos la personalidad conserva algunas actividades en el orden motor, pero la memoria no fija absolutamente nada. Se suelen encontrar en casos patológicos de naturaleza orgánica, como acontece en la epilepsia, en los que produce ausencia de los mecanismos inhibidores que posee la personalidad normal y que residen a  nivel de la corteza que, en tales casos, se halla inoperante. Por lo tanto, anda, actúa, ve, oye, pero su memoria es incapaz de fijar por la falta de registro de la conciencia.

 

v     AMENCIA: constituye un estado patológico de la conciencia propio de los estados confusionales oniroides. Pese a que la conciencia está obnubilada el enfermo realiza esfuerzos para percibir y comprender lo que ocurre en su torno, cosa que resulta harto difícil sino imposible dada la incoherencia que deriva de la interposición de las numerosas alucinaciones oníricas y representaciones mnemónicas de naturaleza paramnésica; como consecuencia se desorienta  y se sume en la perplejidad, la intranquilidad y la angustia.

 

 

v      ESTADO CREPUSCULAR: el estado crepuscular de la conciencia es otra forma de obnubilación. La sensopercepción entorpecida en forma incompleta permite al enfermo percibir y comprender situaciones poco complejas. Las situaciones más complicadas requieren la intervención de los mecanismos mentales pertinentes determina la incoherencia, que imposibilita toda comprensión perceptiva. En algunos momentos de mayor claridad el enfermo puede responder adecuadamente a un interrogatorio simple, pero bien pronto se fatiga y aparecen la incoherencia y la incomprensión. Por consiguiente el umbral de conciencia esta muy reducido; la actividad psíquica consciente sólo parece esbozarse. Se observa en algunos momentos de la confusión mental, y en la epilepsia.

 

SONAMBULISMO: es un estado de conciencia parcial y muy reducida, semejante al estado crepuscular. Son sonámbulas las personas que durante el sueño se levantan, caminan, realizan diversas actos y después vuelven a la cama, continuando con el sueño normal. Episodios no recordados por el enfermo.

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